Ética y moral en la labor extensionista

Ethics and morals in the extension work

Fátima Lourdes Morales Intriago1,*, Manuel Danilo Carrillo Zenteno2,y Miriam Noemi Albán Moyano3,‡.
1Universidad Técnica de Babahoyo - Extención Quevedo, Ecuador.
2Universidad Tecnológica Equinoccial - Sede Santo Domingo, Ecuador.
3Universidad Técnica estatal de Quevedo, Ecuador.
fmoralesi@utb.edu.ec, manhocarrillo@yahoo.com, mnalban@hotmail.com

Fecha de recepción: 16 de diciembre de 2016 — Fecha de aceptación: 10 de mayo de 2017

* Ingeniera en Administración de Empresas Agropecuarias, Magister Scientiae-Extensao Rural.
Ingeniero Agronomo, Doctor Em Solos E Nutricao de Plantas.
Ingeniera en Administración de Empresas Agropecuarias, Magister en Gestión Agroempresarial..


Resumen. —Una de las principales discusiones sobre los agentes que brindan extensión rural es la falta de propuestas adecuadas para la realidad de los agricultores. El agente trabaja de acuerdo a la ética y moral, por lo cual se realizó una búsqueda tórica analizando conceptos sobre estos términos y que son aplicados por los extensionista. Se discute la forma de actuar del agente con respecto a las nociones mencionadas y los conflictos que pueden ocasionar con las comunidades rurales. Se encontró que el proceder del extensionista está basado en su formación de valores, normas y sanciones de las que puede ser objeto, lo cual determina los cambios que se dan en las comunidades atendidas. Por otro lado, los agricultores no reciben la atención apropiada por organismos que facilitan la Extensión rural, desconociendo intereses y prioridades de los mismos. Además, los agentes, al ser servidores de instituciones que brindan asistencia y extensión, pierden autonomía en el contacto con las comunidades. Se llegó a la conclusión de que los agentes actúan correctamente de acuerdo a la moral al igual que en lo concerniente a ética, ya que siguen reglas de la institución a la que pertenece, que no siempre coincide con lo que persiguen las personas del medio rural.

Palabras Clave: Extensión rural, Desarrollo rural, Ética, Moral.

Abstract. —One of the main discussions about agents that provide rural extension is the lack of adequate proposals for the reality of farmers. The exyensionists work according to ethics and morals. Was carried out a theoretical search by made analyzing concepts about these terms and that are applied by extension agents. In This paper discusses how agents act with respect to the aforementioned notions and the conflicts they can cause with rural communities. It was found that the extensionist’s behavior is based on its values, norms and sanctions formation that can be object, which determines the changes that occur in the communities served. On the other hand, farmers do not receive appropriate attention by organisms that facilitate the Rural Extension, ignoring their interests and priorities. In addition, agents, as servants of institutions that provide assistance and extension, lose autonomy during the contact with communities. It was concluded that agents act correctly according to morality, as well as what concerns to ethics, since lowing the rules of the institution to which they belong, which does not always match with what rural people pursued.

Keywords: —Rural extension, Rural development, Ethics, Morals.

INTRODUCCIÓN

La Asistencia Técnica y Extensión Rural “Extensión rurales una actividad de educación no formal, utilizada como medio para promover cambios de conducta de los grupos y familias de agricultores con el objeto que definan e implementen los procesos necesarios para el mejoramiento de sus medios de vida. Se basa en una continua interaccón e intercambio de conocimientos entre los miembros de la población atendida y el equipo de extensión” (Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación, 2011), se establecieron como áreas para solucionar problemas técnicos y prácticos, convirtiéndose en un auxilio importante para mejorar las actividades agrícolas y pecuarias con efecto positivo en las familias rurales y consecuente desarrollo del medio rural, pero a pesar de sus esfuerzos, los resultados no han sido del todo satisfactorios para alcanzar la emancipación de los agricultores familiares. Los programas de Extensión rural en América latina nacen en la década de los 50’s con capital norteamericano en un modelo difusionista. Fue fundamentado en la práctica de persuasinón de los técnicos hacia los agricultores para la adquisición de un paquete tecnológico de productos químicos, maquinas, equipos y nuevas tecnologías de producción (Menezes and da Silva Miranda, 2011). La extensión se apoya en una concepción de ‘desarrollo’ identificada con la idea de ‘modernidad’ o ‘modernización’, lo que conduce a asumir la existencia de una sola modalidad de ‘desarrollo’ y se asume debe ser transferida a los productores del campo, quienes tienden a ser vistos como carentes de conocimientos válidos (Landini, 2016). En el Ecuador segùn Ardila (2010) el componente de transferencia de tecnología agropecuaria del Programa de Modernización de los Servicios Agropecuarios (PROMSA), reemplazó el antiguo sistema público de Extensión agropecuaria centralizado en el Ministerio de Agricultura y Ganadería MAG, (actualmente Ministerio de Agricultura Ganadería Acuacultura y Pesca del Ecuador MAGAP, donde los servicios a los productores eran responsabilidad directa de funcionarios públicos. Ahora, esos servicios están a cargo de entidades privadas, reservándose el sector público las funciones de decisión política, de normatividad general, de cofinanciamiento de los servicios mediante subsidios focalizados y directos a la demanda y de supervisión en el uso de los recursos públicos. Así la Extensión Rural ha sido un instrumento dirigido principalmente a los agricultores familiares, por medio de procesos de intervención social que atiende a los agricultores, para responder con orientaciones que conduzcan al desarrollo socioeconómico del medio rural. Sin embargo, mucho ha sido el cuestionamiento que ha sufrido esta área, en lo que respecta al intercambio con los agricultores; así, Landini (2016) identifica dos problemáticas principales que ocurren en la Extensión rural: la falta de adopción de tecnologías por parte de los agricultores que proviene del desinterés, la no aceptación, o incluso cierta resistencia, por parte de los productores a la asistencia técnica; y, la falta de adecuación de las propuestas de los técnicos a la realidad de los productores. El mismo autor indica que las investigaciones indican que la falta de participación de los beneficiarios, se debe a que son excluidos del diseno de los programas de apoyo, que no siempre se ajustan a las necesidades de los productores. El extensionista . un intermediario del conocimiento y un facilitador de información para el agricultor” (McMahon and Valdés, 2011), debe actuar aportando con su conocimiento, poniendo en prácticas modelos de extensión hacia el cual ha sido orientado por su contratante, corriendo el riesgo de caer en modelos inadecuados para cubrir las necesidades de los grupos rurales. Es Ante esta problemática y el cuestionamiento que ha sufrido la extensión rural, el presente trabajo tiene como objetivo analizar como la ética y moral son acogidos por los agentes para la realización de la labor extensionista. Para el desarrollo de la temática, se realizó una búsqueda teórica de trabajos que guardan relación con el contenido propuesto, además se analiz los conceptos de ética y moral sobre el enfoque de varios autores.

DISCUSIÓN

Ética y moral son términos que se confunden, según Burkhardt et al. (2005), ética se refiere a si las acciones son correctas o incorrectas. Las personas, grupos o instituciones, actúan en forma ética cuando hacen “lo que es correcto” y en forma equivocada cuando hacen “lo que no es correcto”. En la mente de algunas personas, el bien y el mal está definido por las leyes que sanciona o adopta un país para proteger la vida, la libertad y la propiedad (Burkhardt et al, 2005). De este modo, el individuo explica su comportamiento porque tiene implícita la idea del deber, está obedeciendo reglas y normas sociales conscientemente o no, que son las que van a permitir el establecimiento de una vida social direccionada a una actitud u otra (Coelho, 2005).
Según la autora para percibir las conductas, es necesario entender cuáles son los medios y los fines que enfocan esas conductas; es decir, descubrir las causas que condicionan dirigen o disciplinan las comportamientos humanos. Por tanto, cuando el individuo actúa de forma cierta en términos morales lo hace de acuerdo a una idea que tiene inscrita dentro de sí, por medio de ese actuar cubrirá las necesidades que conduzcan en la construcción de una sociedad más justa.
Sobre este aspecto, Cardoso de Oliveira (1990) esclarece que la ética se encuentra presente en las diferentes culturas y que el diálogo es un método alternativo para la solución de conflictos que siempre están presentes en la investigación y es un recurso importante para superar los problemas, cambiando la relación monológica para dar lugar a una dialógica. De esta alternativa puede hacer uso el Extensionista para solución de conflictos, ya que el diálogo tiene carácter primordial para actuar dentro de la ética, en una intervención con los agricultores familiares.
En los procesos sociales antropológicos, Geertz (2001) y Cardoso de Oliveira (1990) ofrecen una gran contribución para comprender la ética sobre el mirar de esta disciplina. Geertz relata los dilemas que ocurren en el campo antropológico tomado de sus investigaciones en los llamados nuevos países y afirma que en las trabajos de campo queda al descubierto las tensiones éticas y morales, basadas en accionar de las personas, él habla de dos dimensioneséticas en el trabajo de campo: el desequilibrio entre la capacidad de revelar problemas y el poder de resolverlos, y la inherente tensión moral entre el investigador y el objeto.
Geertz (2001) expone que la investigación en torno de los componentes sociales, constituyen una experiencia moral, solamente el hecho de pensar, es un acto social, con consecuencias a largo plazo. Entonces se debe pensar en la intervención como un acto social. Es interesante como las interpretaciones antropológicas ayudan en la búsqueda de significados, reflexiones y comprensiones de las aproximaciones, distanciamientos, conflictos, afinidades de los agentes con sus grupos; es decir, por qué las personas hacen eso o aquello. Freitag (1992) propone considerar la moralidad partiendo de tres disciplinas que son la filosofía, la sociología y la psicología de la moralidad, construyendo una pregunta aparentemente simple ¿cómo debo actuar?. La autora indica que la crítica de los comportamientos individuales y colectivos es juzgada a partir de conductas morales que van a definir lo cierto y lo errado, lo justo o injusto y explica que esa área es competencia de la filosofía.
Según la autora la sociologia trae consigo una apreciación del sujeto, interactuando con la sociedad y haciendo notar su proceder formado por valores, normas y sanciones. Entonces, la moralidad pasa a ser de interés de la sociología, presupone una explicación para que un individuo actúe de una forma u otra, al buscar la explicación, localiza su origen en la psique y pasa a ser asunto de la psicología (Freitag, 1992).
Esos argumentos pueden ser de mucha utilidad para entender el modo como actúa el Agente de Extensión en una comunidad; así mismo, permite señalar que dependiendo de esos valores morales que ponga en práctica, va a permitir un cambio en la comunidad rural. Sin embargo, el Extensionista tiene que actuar apegado a los requerimientos de su institución. En trabajo realizado por Landini (2013), encontró que los extensionistas describen a los agricultores como personas que no reciben atención apropiada por parte del Sistema de extensión; y existe falta de consideración de intereses y prioridades de los productores, a la hora de diseñar proyectos de desarrollo. El trabajo parte de vincular directamente a los productores, tomadores de decisiones de política, organismos de dirección locales, establece y conlleva a la creación de la necesaria sinergia entre aquellos, permitiendo no solo introducir nuevas formas y métodos de trabajo, sino que también potencia el conocimiento tácito de la comunidad, aumentando la autoestima de los participantes (Sáenz, 2013).
Así se debe repensar el papel de la labor extensionista, que ha sido muy criticada por tener principios pautados en la producción y productividad. Menezes and da Silva Miranda (2011) hacen una crítica a cursos agrarios brasileros, e indican que aún se reproduce la idea de privilegiar a la técnica con miras a la máxima productividad y lucro, sin privilegiar en su currículo los aspectos éticos. Los autores señalan además en que se prioriza un “mundo rural”, el de los grandes emprendimientos, sin considerar la importancia que tiene la discusión con los agricultores más pobres, que representa el 77% de mano de obra empleada en el campo. Moscovici et al. (1991) y Freire (1983) discuten los consensos de los grupos sociales por medio del diálogo. En el caso de los Extensionistas, es importante considerar el intercambio para llegar a las innovaciones sociales que involucre a agricultores familiares. Freire (1983), indica que para la humanidad no hay otro camino que el diálogo, por medio de este, se aparta cualquier forma en que los hombres sean transformados en “seres para otros”. Entonces las conversaciones, es la primera cuestión a la que se debe dar importancia, es de ahí que se genera el entendimiento, requisito indispensable para el cambio en la sociedad rural.
Moscovici et al. (1991), también llaman la atención para la confianza y la razón. La mancomunidad que presentan los individuos les unifica en consideración a sus intereses e ideas, es eso que alimenta su seguridad recíproca. Por lo tanto, al hablar de confianza, los autores afirman, significa que todo puede ser discutido, puesto en cuestionamiento mediante actos o palabras; todo, excepto la obligación. La práctica de la extensión rural, está inmersa en una situación de interacción entre los sujetos de saberes distintos: saberes tradicionales y cotidianos de los agricultore; y, los conocimientos científico y técnico del extensionista que domina la situación (Coelho, 2005). El proceso de cambio podría estar implícito en la ayuda que el extensionista brinde a las familias rurales, permitiendo que sean ellos los que descubran sus propias necesidades y juntos puedan dar solución a los problemas.
Coelho (2005) reconoce los saberes tradicionales de los agricultores e indica que resulta peligroso eliminar costumbres por que los resultados serían devastadores para los grupos en estudio, señala también que más que exterminio de tradiciones, el desafío ético es como proceder a orientar acciones. Es importante que el extensionista tenga respeto y disposición de preservar esas ideas, ellas son fundamentales para los grupos rurales, representan costumbres y creencias que son mantenidas a lo largo del tiempo y trasmitidas de generación en generación. Significativo será que el extensionista actúe como receptor de informaciones tradicionales propias de los agricultores y hacer el mejor uso de esos conocimientos. Landini (2013) afirma que desde la década del 2000 se observa en Latinoamérica cambios en los modelos de desarrollo y una recuperación del rol activo del Estado, indicando que este nuevo modelo, también revitalizó viejos debates y generó nuevas discusiones en torno a los objetivos y metodologías que persigue la extensión rural. La nueva concepción de la extensión rural es la interdisciplinaridad en las acciones, debiendo tener en los equipos técnicos de las instituciones, que realizan este trabajo, profesionales de distintas áreas de formación (Menezes and da Silva Miranda, 2011).
La ética pública más que la privada, se encuentra presente en las acciones profesionales con la finalidad de establecer mudanzas de orden social más que técnica (Coelho, 2005). De esta forma, los extensionistas deben cumplir con normas y reglas para establecer cambios sociales, ya que la extensión rural se encuentra inmersa en las políticas públicas perdiendo el extensionista su autonomía que lo hace actuar de forma heterónoma en cuanto a ética, en tanto que actúa de forma correcta desde el punto de vista de la moral, teniendo la satisfacción del deber cumplido. De esta forma, las instituciones a las cuales pertenece el extensionista, lo coloca en medio de una tensión ética, cuando en cumplimiento de trabajo pueden crear malestar entre los miembros de la comunidad, al implicar mudanzas en sus valores, comportamiento y sus lazos familiares. En las intervenciones participativas, el trabajo tiene que ser compartido, tomando el saber cotidiano y apoyarse en el saber científico (Coelho, 2005). Esa colaboración va a depender de la habilidad discursiva oral o escrita, conocimiento técnico, sociológico, preocupaciones ambientales y formas de conductas éticas del extensionista. Según Caporal and Costabeber (2002), el modelo actual de asistencia técnica causa daños al medio ambiente, los autores creen en la agroecología, para promover agricultura socioambiental, económicamente sustentable. Por tanto, la laborética del extensionista debe estar orientada no solo a solidaridad, integración, sino también respeto por la preservación de los recursos naturales, ya que es de vital importancia para las futuras generaciones.
En la intervención social rural, para no caer en errores, es primordial utilizar la razón, Moscovici et al. (1991) indican que esta no tiene preconceptos, por el contrario, aleja los problemas. Por lo tanto, para no errar hay que tener plena aceptación de las dificultades que se encuentran en discrepancia con los intereses comunes y procurar consenso basado en la divergencia de opiniones y en las normas que los grupos adopten; es en ese momento, que los participantes van a sentir que todos son miembros de un mismo grupo. La discusión permanente con los grupos, es el gran compromiso moral y ético que tiene el agente de extensión y las instituciones encargadas de esto.
Para el proceso de cambio, es preciso una construcción de aprendizaje mutua, cuestionando e identificando problemas que se van a solucionar, no puede existir en las intervenciones sociales conocimiento solitario, este tiene que ser compartido con los distintos miembros La consignación del diálogo está sostenido en principios de racionalidad y de aceptación de las diferentes opiniones en los procesos sociales, priorizando la opinión del otro. Conforme la argumentación de los actores sociales, es que el agente extensionista parte para modificar su posición, teniendo lugar el consenso que funciona con la construcción de normas, donde el individuo es quien las incorpora. Los procesos de consenso pueden ser la vía accesible a la subjetividad individual en los procesos de cambio, muestra el camino para alcanzar la comprensión de los problemas al interior de los grupos rurales, sirve como instrumento en la interacción, organiza el conocimiento e inicia el proceso de aprendizaje mutuo. Consenso, no es simplemente el resultado de un proceso basado en participación de individuos, es también aportes que sus miembros hagan interviniendo en equidad con el Extensionista. El actuar individual tiene que tener plena libertad e igualdad, se desenvuelve en un proceso democrático.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Los temas de la ética y moral aplicado por los agentes de extensión, han sido seriamente cuestionadas por varios teóricos, principalmente en lo que respecta a practicar la extensión como instrumento para el aumento de productividad; por tanto, en este trabajo se intentó resaltar como es que ocurre la tensión ética y moral, relacionada a los técnicos y miembros de las comunidades rurales. Los teóricos coinciden al señalar que casi siempre se impone el conocimiento del extensionista en detrimento de los saberes tradicionales de los agricultores. Es comprensible muchas veces la postura que asume el extensionista, por qué se debe a reglas que son institucionalizados en las políticas públicas para quien este trabaja. El agente actúa con la moral correcta, cumpliendo su deber. Lo que lo hace obediente a su institución es la ética, por lo cual la ética de los agentes de la extensión está establecida en el direccionamiento que se quiere dar al sector rural, mediante modelos de desarrollo. Los autores citados en la revisión coinciden en que el camino de mayor importancia para obtener el cambio de bienestar en moradores del medio rural, es el diálogo. El aporte de los teóricos es valioso y puede ser de utilidad para los tomadores de decisiones, de esa forma ayudan a cambios positivos en el área rural.

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